La Capacidad Organizacional de Gestión del Cambio es, en realidad, uno de los indicadores más importantes para conocer las posibilidades que tiene una compañía para ser competitiva en un entorno empresarial, que se caracteriza por cambios cada vez más rápidos y disruptivos. Cómo se mide y cómo se construye.

A través de diferentes elementos como la socialización, la estandarización o el liderazgo es posible conocer, entre otras cosas, el nivel de conocimiento que existe dentro de las empresas, del valor que aporta la gestión del cambio y si la organización cuenta con un líder ejecutivo que impulsa la construcción de la capacidad organizacional de gestión del cambio. Las empresas que cuentan con una sólida capacidad de gestionar el cambio se convierten en organizaciones sobresalientes y transforman el cambio en una ventaja competitiva. No obstante, para ello es necesario que dispongan de líderes capaces de adoptar una metodología que sea capaz de ofrezca herramientas de medición de uso y adopción, así como del impacto de estos factores en los resultados de negocio.

Hay un factor importante que hay que tener en cuenta cuando se habla de gestión del cambio, y es que la unidad de cambio en las organizaciones es el individuo, por lo que es fundamental que la organización focalice sus esfuerzos en catalizar las transiciones exitosas de los individuos de cómo trabajan hoy a cómo deberán de trabajar una vez que el cambio sea implementado.

En palabras de Roberto Konigs, Socio Fundador de Faculta Group, “en un momento en que las empresas en nuestro país tienen que responder a los retos que el entorno les presenta, contar con una sólida capacidad de gestión del cambio es imprescindible”.